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La Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce que todo ser humano es valioso a los ojos de Dios, y procuramos ministrar a todos los hombres y mujeres en el espíritu de Jesús. También creemos que por la gracia de Dios y mediante el estímulo de la comunidad de fe, un individuo puede vivir en armonía con los principios de la Palabra de Dios.

Los Adventistas del Séptimo Día creen que la intimidad sexual pertenece sólo dentro de la relación marital de un hombre y una mujer. Este fue el diseño establecido por Dios en la creación.

Las Escrituras declaran: «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne» (Génesis 2:24). En toda la Escritura se afirma este patrón heterosexual. La Biblia no admite la actividad ni las relaciones homosexuales.

Los actos sexuales fuera del círculo de un matrimonio heterosexual están prohibidos (Lev 18:5-23, 26; Lev 20:7-21; Rom 1:24-27; 1 Cor 6:9-11).

Jesucristo reafirmó la intención divina de la creación: «¿No habéis leído -respondió- que al principio el Creador «los hizo varón y hembra», y dijo: «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?». Así que ya no son dos, sino uno solo» (Mt 19:5, NVI).

Por estas razones, los adventistas del Séptimo Día nos oponemos a las prácticas y relaciones homosexuales.

Jesús afirmó la dignidad de todos los seres humanos y tendió la mano compasivamente a las personas y familias que sufrían las consecuencias del pecado. Ofreció un ministerio compasivo y palabras de consuelo a las personas que luchaban, a la vez que diferenciaba su amor por los pecadores de sus claras enseñanzas sobre las prácticas pecaminosas. Como discípulos suyos, los Adventistas del Séptimo Día nos esforzamos por seguir las instrucciones y el ejemplo del Señor, viviendo una vida de compasión y fidelidad semejantes a las de Cristo.

Esta declaración fue votada durante el Concilio Anual del Comité Ejecutivo de la Conferencia General el domingo 3 de octubre de 1999 en Silver Spring, Maryland. Revisada por el Comité Ejecutivo de la Conferencia General, 17 de octubre de 2012